Hola!
Estoy de vuelta en Gran Canaria, de camino a Tenerife. Los últimos días en Senegal fueron algo durillos, pues me resfrié de tanto trajín, estrés y duro trabajo. Llegué el sábado de madrugada a Gran Canaria y me fuí al interior de esta isla generosa, reponiéndome con el aire puro del Valle de Tirajana, los baños de hierbas medicinales, el propóleo y la echinácea. Ya estoy recompuesto físicamente. Ahora me queda recomponer mi espíritu, el cual no ha quedado impasible ante la realidad de la cual he sido testigo.
Este viaje me ha despertado reflexiones sobre la vida y el reparto del mundo que trascienden las teorías y los datos; he podido comprobar en primera persona la capacidad de resiliencia que tienen los seres humanos, la esperanza y la alegría brotando en lugares inhóspitos, como una ofrenda muy superior a los bienes recibidos.
He comprobado la gran deuda de África, la gran deuda que tenemos con ella; al menos veinte generaciones deberán recomponer lo que les hemos robado a los hermanos y hermanas african@s. Tenemos una gran deuda, su solidaridad para con nosotr@s será enseñarnos los valores de vivir en comunidad, mientras, nosotr@s occidentales, impasibles ante la historia precedente y el presente consecuente, tenemos la obligación moral de acompañar a est@s herman@s en su desarrollo. Pero no hablo de un desarrollo basado en la caridad ni en la dependencia, tal y como se esta planteando hasta ahora con los partenariados de la ONG y agencias internacionales; me refiero a un trabajo, codo con codo, en plano de igualdad, para aprender junt@s otros modos de vida.
Maneras de vivir que nos permitan crecer y desarrollarnos en la diversidad y en armonía con nuestra madre tierra.
Si hacemos un gran esfuerzo lo lograremos, de otro modo recibiremos la factura, tarde o temprano.
Amo el espíritu africano, he recibido toda la hospitalidad posible, en igualdad que cualquier hermano sanguíneo. Quien sabe si en Europa me hubieran recibido así. Seguramente me hubieran recibido de este modo compañeros y compañeras realmente solidari@s, soñador@s de un mundo mejor, pero… ¿Y esa mayoría impasible, insensible, televidente?
África en mi corazón.
Durante esta semana terminaré de organizar este blog, dejando el testimonio de toda esta trifulca, trabajo en equipo, cooperación verdadera y Solidaridad con «S» mayúscula. Aquí no hay dependencias: SOMOS UNO
Diaradief!